El último Domingo del 2013 Diario El Comercio publicó esta entrevista que me realizó sobre el nuevo perfil del ecuatoriano. Comparto el texto y al final link:
Si se podría identificar una sola característica que defina el perfil del ecuatoriano que llega al 2014, ¿cuál sería esta?
Definitivamente, el remezón y el papel social que tiene la mujer.
¿La mujer está al frente del futuro del Ecuador?
Estoy convencido, hay tres elementos que lo justifican. 1) La mujer es quien domina los espacios de educación superior, porque está más presente en las universidades preparándose más. 2) La mujer tiene una mayor participación económica, no solo porque es creciente en el mercado laboral, sino porque el Censo Económico del 2010 reveló que ellas son la mayoría de los propietarios de los establecimientos comerciales. 3) la mujer cambió de actitud respecto a decisiones sobre fertilidad.
Si la población femenina es más o menos similar a la masculina, ¿por qué las universidades tienen más mujeres?
La mujer ahora tiene más acceso a la educación y tiene más opción de participar laboralmente. Además, se casa más tarde y le tiene menos miedo a divorciarse. Adicionalmente, las mujeres que permanecen casadas deciden tener menos hijos y a edades más tardías.
¿Qué episodio marcó este ‘remezón’ de la mujer?
Los padres de familia motivan más a que tengan educación superior y por supuesto la mujer asume el reto. La tasa de acceso a la universidad, en el 2006, era del 26% para la mujer y del 23% para el hombre. Ahora (2013) las mujeres bordean el 35% y los hombres nos estancamos en el 25%. Para el 2020, el 40% de la tasa de educación neta se concentrará en las mujeres y el 20% en hombres.
¿Qué pasa con los hombres?
No reaccionamos de la misma forma. Seguimos convencidos de que las estructuras sociales machistas son las mismas y que estas nos van a dar los mismos beneficios. Quienes piensen así están equivocados: Ecuador ingresa a una sociedad moderna, que cada vez es menos pobre, y donde el hombre está perdiendo espacio frente a la mujer.
¿Esta tendencia se va a mantener de forma estructural?
En el 2030 la participación económica y social se equilibrará. En el pasado había una sociedad machista que favorecía al hombre y ahora la mujer gana terreno.
¿Antes del 2030 el Ecuador podrá tener una presidenta de la República?
Estoy seguro que sí, ya hay señales en ese sentido. El cambio en los criterios políticos no solo se siente en las mujeres sino en las familias. El Ecuador está en plena transición: de ser un país pobre en el año 2006 (cuatro de cada 10 habitantes) a uno donde el 80% ya no lo es (2013). La población ya no tiene en su mente ese discurso de los políticos tradicionales que prometían derrotar la pobreza. La mayoría del país está diversificando sus criterios políticos y uno de ellos es exigir mayor participación social.
Además, las mujeres eran el mayor porcentaje de la población pobre del Ecuador…
Era una realidad atada al tema de la fertilidad. Tener muchos hijos era caer en la trampa de la pobreza. El cambio viene desde la mujer de las zonas urbanas, que tiene menos hijos y una mayor participación en las actividades económicas. Esta realidad ha dado un cambio político, porque el país ahora busca calidad de vida y eso es fácil darse cuenta en las discusiones cotidiana: la gente habla más sobre los temas de nutrición, si el Ecuador debe tener o no una presidenta o si necesita un espacio verde en su condominio.
Sin embargo, en los últimos años se percibe poco interés en el ecuatoriano sobre el debate público. Incluso, a través de la protesta social, había participación.
Si se analizan los mecanismos actuales de participación social, hay espacios más amplios.
¿En dónde?
En la tecnología. Primero porque la reducción del analfabetismo digital abre un círculo virtuoso pues genera educación y reduce la pobreza. Además, garantiza una mayor participación que en el pasado. ¿A través de qué mecanismos se podía transmitir antes una opinión sobre tu ciudad? Tenías que tener un contacto con alguien relacionado a la política o quizás que la televisión te entrevistara…
…O salir a la calle y bloquear la vía, ponerse frente al Congreso y hacer presión social.
Quizás el ciudadano sí puede participar en una marcha, pero a lo mejor no le interese hacerlo sobre temas nacionales. Lo que yo veo es un mayor interés de participar en temas de su ciudad (locales).
¿No es un comportamiento contradictorio, tomando en cuenta que en los últimos 7 años el Ecuador se recentralizó de forma evidente? Las grandes decisiones del país y muchas de las locales se toman en el Poder Ejecutivo…
Hay que comparar con el pasado para tener una referencia. Llegó un liderazgo fuerte a reorganizar las estructuras económicas y sociales y, frente a ello, la oposición ha mostrado vacíos y debilidades…
Gran parte de esa oposición ahora está con el Gobierno.
Es otro factor por el cual también se debe responsabilizar a la oposición. A un país que estaba desinstitucionalizado llegó un movimiento que dijo que lo va a reconstruir, con todas las cosas buenas y malas que ha hecho. De ese cambio se ha dado cuenta el ciudadano común más que el político tradicional. El ecuatoriano ya no se conmueve por el beso al niño pobre. Ahora piensa en temas de sexualidad, de trabajo; quiere que no le asalten, que el tráfico de las ciudades mejore o en tener el último modelo de auto. Hay cambios de criterios.
¿Cuándo el Ecuador comenzó a preocuparse por temas distintos a los de antes?
Ecuador es un país que se parece a Brasil, Colombia y Venezuela en el sentido de que geográficamente está disperso (sus capitales no abarcan mas del 15% de la población del país) El hecho de tener más ciudades que captan más población hace que a la gente ya no le interesa solo lo que pasa en Guayaquil y Quito, sino lo que pasa en Cuenca, en el oriente o en Santo Domingo. Otro factor es el nuevo rol de la mujer y la reducción de la pobreza.
¿El papel que ahora asume la mujer en el desarrollo del Ecuador es similar al de otros países de América Latina?
En parte se relaciona con la reducción de las tasas de natalidad y eso es a nivel mundial (técnicamente se denomina transición demográfica). Esto se verá por 20 o 30 años. Además, hay países de la región como Ecuador, donde las mujeres entran al mundo laboral en busca de estabilidad económica e independencia. Ese anhelo, de por sí, conlleva un cambio político que impulsará que una mujer vaya a la Presidencia.
¿Su mensaje para la oposición es que si busca reestructurarse debe pensar en el liderazgo de una mujer?
Para la oposición y para el Gobierno.
¿La existencia de un ecuatoriano más consumista es producto de la dolarización y del fenómeno de la migración?
La migración cambió los patrones y los estilos de vida. Que una persona tenga una mínima exposición a la realidad de otro país puede cambiar sus criterios. Todo esto es positivo porque amplía la mente de las personas. Las discusiones que hemos tenido en el país han sido muy parroquiales, del corto plazo. Entonces, el migrante aporta a ese cambio positivo. Y eso sucede no solo con el ecuatoriano que regresa sino con el extranjero que viene. El reto ahora es que las estructuras económicas que tiene el país se mantengan para que el ecuatoriano siga viajando por turismo, negocios, educación…
¿Le preocupa al ecuatoriano promedio que la estabilidad económica se deteriore por un bajón del petróleo?
Eso le preocupa a los estratos más altos (13% de la población). Para ellos la sostenibilidad de la economía es una prioridad. A los estratos medios (un 60%) les preocupa más el bienestar de su familia, la seguridad, el tráfico y las áreas verdes. Cada estrato tiene distinto grado de aspiraciones, aunque la preocupación por lo medioambiental y por la salud es algo transversal.
¿A qué se debe eso?
A que el ecuatoriano ya no está tan preocupado en sobrevivir, sino en que su calidad de vida mejore: en qué tipo de bebida toma en el almuerzo, si su hijo tiene sobrepeso o en qué colegio debe estudiar.
¿Por esto no es nada extraño que el Régimen mantenga el eslogan del buen vivir?
Es un acertado criterio multidimensional. Pero más allá de esto, la sociedad ecuatoriana debe plantearse un reto a futuro: que no solo se debe vivir bien, sino saber convivir. Y eso es lo que no sabemos hacer. El ecuatoriano se queja del tráfico desde su propio auto. No se da cuenta que él es parte de ese problema y esto no es positivo.
¿Por qué?
El ecuatoriano tiene que darse cuenta de que los signos de la buena convivencia no está estrictamente relacionados a este ‘boom’ de consumo. Debemos darnos cuenta de que si dejo parqueado mi auto fuera de la panadería estoy interrumpiendo el paso de la gente que quiere caminar. Esa nueva convivencia tiene detrás de sí un reto político importante, porque la clase media es más exigente y eso tiene que entenderlo el político contemporáneo.
¿Aunque ellos, los analistas y los medios de comunicación digan que el ecuatoriano de hoy le da menos valor a la democracia y las libertades?
Latinbarómetro dice que Ecuador no evalúa mal a la democracia. Lo que le sucede, al igual que otros países, es que valora tener una estructura de orden en lo político y un liderazgo fuerte. Eso no se sentía en el pasado. Recuerdo que en los grupos focales que hacíamos en el 2001 y el 2002, la gente necesitaba a alguien que ponga las reglas claras, que patee al perro y ponga orden en el país.
Pero no se puede pensar en un país moderno sin partidos, sin pluralidad en el pensamiento y en el liderazgo…
Ese es el reto del ciudadano y del líder de opinión. Los elementos que construyen una democracia no deben basarse en liderazgos fuertes. Hay experiencias en América Latina donde ha pasado factura el hecho de que un liderazgo fuerte no piense en el recambio. Y eso es algo que el ecuatoriano y el político deben comprender. El desarrollo de un país no puede basarse en una sola persona.
Eso se ha vivido siempre: 20 años de liderazgos caudillistas, uno tras otro…
La gente debe comprender que todos somos capaces de hacer un buen trabajo, no solo culpar y responsabilizar al otro. Y ese cambio debe empezar por la casa y el empleo. Tengo que crecer yo para dar la oportunidad a que otros se desarrollen. Ese ejercicio de responsabilizarse, delegar, compartir y convivir es lo que debemos como ecuatorianos aprender.
Quién es. Quiteño (1980). Es economista por la USFQ y la Flacso. Fue director del Instituto de Estadística y Censos entre 2007-2012. Sigue un doctorado en EE.UU. Su punto de vista. El cambio social que experimentó la mujer cambiará también el rol de los políticos en el futuro. Las frases: “El ecuatoriano tiene que entender que la buena convivencia no está relacionados a este ‘boom’ de consumo”. Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Ecuador-economista-entrevista-Byron_Villacis-politica_0_1056494351.html.